Pablo Picasso - Girl reading at a table - 1934
El hielo parece una piedra. El hombre parece un dios. Pero el hombre y el hielo tienen prisa.
Tal vez no sea yo quien muera en mi morir. ¿Acaso fui yo quien nació en mi nacer?
Hacer poemas para dormir con ellos, poemas que penetren en la imaginación del sueño y desaceleren sus vértigos, descontando con abismal lentitud los días no vividos de la vida y también los que no se vivirán en la muerte.
Hemos aprendido a escribir sobre todas las superficies, hasta sobre el agua. Pero no hemos aprendido a escribir encima del silencio, quizá porque no sabemos escribir con el silencio.
La poesía es una visionaria y arriesgada tentativa de acceder a un espacio que ha desvelado y angustiado siempre al hombre: el espacio de lo imposible, que a veces parece también el espacio de lo indecible.
No se trata de hablar, no se trata de callar: se trata de abrir algo entre la palabra y el silencio.
El poeta es un cultivador de grietas. Fracturar la realidad aparente o esperar que se agriete, para captar lo que está más allá del simulacro.
No nos mata morir: nos mata haber nacido.
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