Jheronimus Bosch - La nave de los locos - Louvre
En la Edad Media...
La locura fascina porque es saber. Es saber, ante todo, porque todas esas figuras absurdas son en realidad los elementos de un conocimiento difícil, cerrado y esotérico.
Este saber, tan temible e inaccesible, lo posee el loco en su inocente bobería, en tanto que el hombre razonable y prudente no percibe si no figuras fragmentarias -por eso mismo más inquietantes- El loco abarca todo en una esfera intacta: esta bola de cristal, que para todos esta vacía, está, a sus ojos, llena de la espesura de un saber invisible.
Otro símbolo del saber: el árbol (él árbol prohibido, el árbol de la inmortalidad prometida y del pecado), antaño plantado en el corazón del paraíso terrenal, ha sido arrancado y es ahora el mástil del navío de los locos.
¿Qué anuncia ese saber de los locos? sin duda, puesto que es el saber prohibido, predice a la vez el reino de satán y el fin del mundo
Otro símbolo del saber: el árbol (él árbol prohibido, el árbol de la inmortalidad prometida y del pecado), antaño plantado en el corazón del paraíso terrenal, ha sido arrancado y es ahora el mástil del navío de los locos.
¿Qué anuncia ese saber de los locos? sin duda, puesto que es el saber prohibido, predice a la vez el reino de satán y el fin del mundo
Michel Foucault
Deleuze: Foucault y el Poder
octava sesión: De la nave de los locos al gran encierro. en PDF (texto completo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario