©Alfredo Castañeda
Soneto Nº11
Nunca imaginé que harías el amor conmigo.
Nunca soñé vivir y saborear semejante vino.
Pero ahora mi gozo se ha transformado en agonía
y amargura. Porque soy tuyo, pero tú no eres mía.
Nunca soñé vivir y saborear semejante vino.
Pero ahora mi gozo se ha transformado en agonía
y amargura. Porque soy tuyo, pero tú no eres mía.
Sé que hay otros
labios, claro está, para besar.
No soy lo único que te hace cantar.
Tengo la sensación de que cuando estás conmigo, puedes perder
los éxtasis a los que otros, a veces, sin duda, te transportan.
No soy lo único que te hace cantar.
Tengo la sensación de que cuando estás conmigo, puedes perder
los éxtasis a los que otros, a veces, sin duda, te transportan.
Mis celos no están expuestos para ser mostrados.
A cambio, por favor, haz eso por mí: sé amable.
Nada quiero saber de tus pecados.
Como penitencia, conserva la paz en mi mente.
A cambio, por favor, haz eso por mí: sé amable.
Nada quiero saber de tus pecados.
Como penitencia, conserva la paz en mi mente.
Todavía puedo sentir algún placer a
través del dolor.
Pero sé discreta. De lo contrario también eso se desvanecerá.
Pero sé discreta. De lo contrario también eso se desvanecerá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario