Las Perseidas, popularmente conocidas como las Lágrimas de San Lorenzo, son una lluvia de meteoros de actividad alta. No es la mayor lluvia de meteoros, pero sí la más popular y observada en el Hemisferio Norte debido a que transcurre en agosto, mes de buen tiempo y vacacional por excelencia.
Su período de actividad es largo y se extiende entre el 16 de julio y el 24 de agosto. Su máximo es el 11 de agosto con Tasa Horaria Zenital (THZ) 100, lo que le convierte en la 3ª mayor lluvia del año.
Son meteoros de velocidad alta (59 km/s) que radian de la constelación de Perseo o Perseus. Por tanto su alta declinación (+58º) no permite su observación en regiones australes, ya que desde el ecuador alcanza tan sólo los 32º de altura.
Las Perseidas son también conocidas con el nombre de lágrimas de San Lorenzo, porque el 10 de agosto es el día de este santo. En la Edad Media y el Renacimiento las Perseidas tenían lugar la noche en que se le recordaba, de tal manera que se asociaron con las lágrimas que vertió San Lorenzo al ser quemado en la hoguera, concretamente en una parrilla.
El registro más antiguo que se tiene de la actividad de las Perseidas es del año 36 d.C. de los anales históricos chinos donde se cita un pico de meteoros en esas fechas. Pero no fue hasta 1835 cuando el astrónomo belga Adofo Quetelet, muestra que se produce una lluvia de meteoros, de forma cíclica
Su período de actividad es largo y se extiende entre el 16 de julio y el 24 de agosto. Su máximo es el 11 de agosto con Tasa Horaria Zenital (THZ) 100, lo que le convierte en la 3ª mayor lluvia del año.
Son meteoros de velocidad alta (59 km/s) que radian de la constelación de Perseo o Perseus. Por tanto su alta declinación (+58º) no permite su observación en regiones australes, ya que desde el ecuador alcanza tan sólo los 32º de altura.
Las Perseidas son también conocidas con el nombre de lágrimas de San Lorenzo, porque el 10 de agosto es el día de este santo. En la Edad Media y el Renacimiento las Perseidas tenían lugar la noche en que se le recordaba, de tal manera que se asociaron con las lágrimas que vertió San Lorenzo al ser quemado en la hoguera, concretamente en una parrilla.
El registro más antiguo que se tiene de la actividad de las Perseidas es del año 36 d.C. de los anales históricos chinos donde se cita un pico de meteoros en esas fechas. Pero no fue hasta 1835 cuando el astrónomo belga Adofo Quetelet, muestra que se produce una lluvia de meteoros, de forma cíclica
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