lunes, 9 de enero de 2012

GRETA GARBO, WINNICOTT Y LA SOLEDAD

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La frase “quiero estar sola", tantas veces atribuida a Greta Garbo, fue pronunciada por ella sólo en la película Grand Hotel- (1932). Al final de su vida declaró que ella nunca había dicho tal cosa como motivo de su desvinculación (a los 36 años) del cine: Nunca dije:quiero estar sola’, sino ‘quiero que me dejéis en paz’. Hay un mundo entre una frase y otra”.
Sin embargo, a pesar de su aclaración, gran parte de su público, que eran muchas personas, se sentía como si Garbo hubiese dicho una "cosa mala", que no estaba bien decir una cosa así: quiero estar sola, y eso era motivo de controversias. Quizás, lo más llamativo es que lo que también implica esa frase es otra que la complementa en cierto modo y es que a lo mejor lo que se interpretaba es que Greta Garbo decía: Puedo estar sola.

Todo esto a modo de caldeamiento para entrar, una vez más en el tema de la soledad desde la perspectiva de Donald Winnicott. El tema de la soledad es recurrente en Winnicott y esta vez aparece en un cuaderno de notas para un libro que deja inconcluso a raíz de su muerte. Estas notas, que no corrigió, se publican después en el libro La Naturaleza Humana y aquí les cuento hasta donde lo he entendido, o al decir de Winnicott hasta donde llegan los límites de mi comprensión.



Ya habíamos visto en posts anteriores que la capacidad para estar a solas tenía su origen en una soledad en presencia de alguien y que esto era el aspecto paradojal del desarrollo de esta capacidad.
Remontándose a los orígenes se hace estas tres preguntas:

-¿Cuál es el estado del indididuo humano al emerger el ser a partir del no ser?

-¿Cuál es la base de la naturaleza humana en términos de desarrollo individual?

-¿Cuál es el estado fundamental al que todo individuo, por viejo que sea y cualesquiera hayan sido sus experiencias, puede retornar para empezar de nuevo?

Al principio hay una soledad esencial. Al mismo tiempo, esta soledad sólo puede tener lugar en condiciones de máxima dependencia. (sino el bebé moriría). Ahí en ese comienzo la continuidad del nuevo individuo se da sin que se percate del ambiente, de la necesidad de que el ambiente lo cuide, lo ame.
La soledad del comienzo, esta soledad fundamental no se reproduce nunca, exactamente igual. Al principio tampoco hay un percatamiento de las condiciones ambientales , esenciales para este estado de soledad.
Luego habla del deseo de alcanzar esta soledad, deseo que puede verse obstaculizado por angustias. Deseo que permanece oculto en la persona sana inclusive, aunque se tenga la capaciadad de estar apartada para el cuidado de partes de su self. Escribe:


 ©Sergio Canadé para Sitios en el Corazón - enero 2012

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.."El estado previo al de soledad es el de falta de vivacidad, y el deseo de estar muerto es comúnmente un deseo disfrazado de "no estar todavía vivo".
La experiencia del primer despertar le da al individuo la idea de que existe un estado pacífico de falta de vivacidad, al cual puede accederse pacíficamente mediante una regresión extrema.
La mayoría de lo que habitualmente se dice y siente sobre la muerte se refiere a este primer estado "anterior a la vivacidad", en el cual la soledad es un hecho, mucho antes de toparse con la dependencia. La vida de un individuo es un intervalo entre dos estados de falta de vivacidad. El primero de ellos del cual surge la vivacidad, colorea las ideas que tiene la gente sobre la segunda muerte"...




Entonces sí habría un deseo de estar a solas, con esa soledad esencial - fundamental, y esto solo sería posible atravesando una etapa de dependencia que sea satisfactoria, etapa que al comienzo no sabemos que la necesitamos, que más tarde nos permitirá vivenciar la soledad. Soledad a la cual podemos retornar, para empezar de nuevo. Cuando esta etapa de dependencia del ambiente falla o es insuficiente, puede haber fantasías de muerte para poder estar solo. Fantasías de muerte.

(ver lo que dice André Green)


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