©Jean-Louis Swiners - 1963 - Jean-Luc Godard durante el rodaje de El Desprecio
Puedo decir cómo me imagino a Godard.
Es un hombre que trabaja mucho, y por tanto está necesariamente en una absoluta soledad.
Pero no se trata de una soledad cualquiera, es una soledad extraordinariamente poblada.
No poblada por sueños, por fantasmas o proyectos, sino por actos, cosas e incluso personas. Una soledad múltiple, creadora.
Desde el fondo de esta soledad, Godard puede ser él sólo una fuerza, pero también trabajar con otros en equipo.
Puede tratar de igual a igual a cualquiera, poderes oficiales u organizaciones, pero también empleadas de hogar, obreros o locos
©Sitios en el Corazón
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