©Sergio Canadé/Live Journal
“Juega tu propio juego, sé tu propio hombre y no pidas a nadie su sello de aprobación”.
Discurso para pedirle trabajo a un editor: “No soy muy simpático, detesto a la gente y sólo quiero que me dejen en paz. No hay como tener buenas referencias, pero prefiero ofenderle ahora a tener que hacerlo cuando ya trabaje para usted”.
A Thompson lo despidieron de un periódico de pueblo por destrozar una máquina de golosinas a patadas. “Es que se quedó un dólar”, dijo. Parecía un diablo salvaje. Pero en realidad no trataba más que de darle la razón a la cita de E.E. Cummings:
“No ser más que uno mismo en un mundo que se esfuerza día y noche por hacer que seamos de otro modo significa librar la batalla más difícil que conocen los seres humanos. Una batalla que nunca dejamos de librar”.
Aunque sea a patadas.
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