"El hombre tiene en su pobre corazón lugares que no existen todavía,
donde entra el dolor para que ellos sean"
Léon Bloy
©Gueorgui Pinkhassov - Buenos Aires - Argentina
Edmundo Rivero
La Última Curda
Música: Aníbal Troilo
Letra: Cátulo Castillo
Letra: Cátulo Castillo
Grabado en vivo en "El Viejo Almacén" acompañado por Roberto Grela
Lastima, bandoneón,
mi corazón
tu ronca maldición maleva...
Tu lágrima de ron
me lleva
hacia el hondo bajo fondo
donde el barro se subleva.
¡Ya sé, no me digás! ¡Tenés razón!
La vida es una herida absurda,
y es todo, todo, tan fugaz
que es una curda, ¡nada más!
mi confesión.
mi corazón
tu ronca maldición maleva...
Tu lágrima de ron
me lleva
hacia el hondo bajo fondo
donde el barro se subleva.
¡Ya sé, no me digás! ¡Tenés razón!
La vida es una herida absurda,
y es todo, todo, tan fugaz
que es una curda, ¡nada más!
mi confesión.
Contame tu condena,
decime tu fracaso,
¿no ves la pena
que me ha herido?
Y hablame simplemente
de aquel amor ausente
tras un retazo del olvido.
¡Ya sé que me lastimo!
¡Ya sé que te hago daño
llorando mi sermón de vino!
decime tu fracaso,
¿no ves la pena
que me ha herido?
Y hablame simplemente
de aquel amor ausente
tras un retazo del olvido.
¡Ya sé que me lastimo!
¡Ya sé que te hago daño
llorando mi sermón de vino!
©Sarah Johnson
Pero es el viejo amor
que tiembla, bandoneón,
y busca en un licor que aturda,
la curda que al final
termine la función
corriéndole un telón al corazón.
Un poco de recuerdo y sinsabor
gotea tu rezongo lerdo.
Marea tu licor y arrea
la tropilla de la zurda
al volcar la última curda.
Cerrame el ventanal
que arrastra el sol
su lento caracol de sueño,
¿no ves que vengo de un país
que está de olvido, siempre gris,
tras el alcohol?...
que tiembla, bandoneón,
y busca en un licor que aturda,
la curda que al final
termine la función
corriéndole un telón al corazón.
Un poco de recuerdo y sinsabor
gotea tu rezongo lerdo.
Marea tu licor y arrea
la tropilla de la zurda
al volcar la última curda.
Cerrame el ventanal
que arrastra el sol
su lento caracol de sueño,
¿no ves que vengo de un país
que está de olvido, siempre gris,
tras el alcohol?...
Gueorgui Pinkhassov - Buenos Aires - Argentina
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