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©Félix Petruska - De izquierda a derecha y en primer plano, Kant, Marx, Roland Barthes y Michel Foucault; detrás, Platón, Ludwig Wittgenstein, Jean Paul Sartre y Friedrich Nietzsche.
..."Es verdad que la filosofía es inseparable de una cierta cólera contra su época, pero también que nos garantiza serenidad. Ello no obstante, la filosofía no es un Poder. Las religiones, los Estados, el capitalismo, la ciencia, el derecho, la opinión o la televisión son poderes, pero no la filosofía.
La filosofía puede implicar grandes batallas interiores (idealismo-realismo, etc), pero son batallas irrisorias. Al no ser un Poder, la filosofía no puede librar batallas contra los poderes, pero mantiene, sin embargo, una guerra sin batalla, una guerra de guerillas contra ellos. Por eso no puede hablar con los poderes, no tiene nada que decirles, nada que comunicar: únicamente mantiene conversaciones o negociaciones.
Y, como los poderes no se conforman con ser exteriores, sino que se introducen en cada uno de nosotros, gracias a la filosofía todos nos encontramos constantemente en conversaciones o negociaciones y en guerra de guerrillas con nosotros mismos.”
La filosofía puede implicar grandes batallas interiores (idealismo-realismo, etc), pero son batallas irrisorias. Al no ser un Poder, la filosofía no puede librar batallas contra los poderes, pero mantiene, sin embargo, una guerra sin batalla, una guerra de guerillas contra ellos. Por eso no puede hablar con los poderes, no tiene nada que decirles, nada que comunicar: únicamente mantiene conversaciones o negociaciones.
Y, como los poderes no se conforman con ser exteriores, sino que se introducen en cada uno de nosotros, gracias a la filosofía todos nos encontramos constantemente en conversaciones o negociaciones y en guerra de guerrillas con nosotros mismos.”
2 comentarios:
gracias sergio. siempre que haces uno de Deleuze me emociono mucho. el de hoy es magistral para los que amamos causas filosóficas -para los que damos un poco de vida en ellas. eskerrik asko!!
La verdad es que me halaga tu comentario, pero el mérito no es mío, es de Deleuze. Quien nos ha dejado un montón de cosas buenas (y magistrales como tú dices), escritas y filmadas, el Abecedario es un verdadero regalo de talento, y de esfuerzo - ¡estando como estaba! - Sin duda era un hombre generoso...¡y cómo le gustaba hablar! Todo un filósofo.
¡Eskerrik asko!! por el comentario.
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