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Claire Parnet: Tú dices no ser culto, es decir, tú dices que sólo lees, que sólo ves películas o sólo consideras las cosas, para un saber preciso, y que necesitas para un trabajo concreto, que es el que estás haciendo en un momento dado. Pero al mismo tiempo, eres una persona que va todos los sábados a una exposición, o a ver una película de ámbito cultural selecto, y uno tiene la impresión de que hay una práctica, una especie de esfuerzo encaminado a la cultura, que sistematizas y tienes una práctica cultural, o sea, que sales, haces un esfuerzo, tiendes a cultivarte y sin embargo, repito, dices que no eres nada culto, asi que ¿Cómo explicas esa pequeña paradoja? ¿No eres culto?
Gilles Deleuze: No, lo que quiero decir cuando digo, en efecto, cuando te digo que no me considero en absoluto como un intelectual, que no me considero alguien cultivado, es por una razón muy sencilla que es que cuando veo a alguien cultivado me quedo pasmado.
Alguien culto no deja de llamar la atención, se trata de un saber pasmoso acerca de todo. Alguien culto, - uno lo ve mucho en intelectuales - lo sabe todo, no sé, están al corriente de todo, se saben la historia de la Italia del Renacimiento, se saben la geografía del polo norte, se saben...bueno, se podría hacer toda una lista.
Lo saben todo, pueden hablar de todo, es abominable.
Así que cuando digo que no soy cultivado ni intelectual quiero decir algo muy sencillo: no tengo ningún saber de reserva, ninguno, así no tendré ningún problema.
Cuando me muera no habrá que buscar cosas mías sin publicar. ¡Nada! Porque no tengo ninguna reserva, no tengo nada, ningún depósito, ningún saber provisional. Y todo lo que aprendo lo aprendo para una tarea determinada, de modo que una vez terminada la tarea lo olvido, hasta el punto de que diez años después, me veo obligado, y eso me produce una gran alegría cuando me veo obligado a ponerme a trabajar de nuevo sobre un tema anexo. Tengo que empezar de cero. Con la excepción de unos pocos casos, porque a Spinoza lo llevo en el corazón, no se me olvida, es mi corazón no mi cabeza. Ahora salvo este caso, no siento admiración por ello, por esa cultura pasmosa.
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Claire Parnet: ¿Se trata de erudicción sobre todos los temas?
Gilles Deleuze: No, no se trata de erudicción, saben de lo que hablan.
Para empezar han viajado, en la historia, en la geografía, saben y pueden hablar de todo. En la tele he podido escuchar nombres, es algo pasmoso, cuánta admiración siento, puedo decirlo incluso, por gente como Eco.
Umberto Eco es algo prodigioso, cualquier cosa que se le pregunta y ¡Ya está! es como si se pulsara un aparato. Y además lo sabe, no es que...No puedo decir que sea algo que me apetezca, me deja pasmado, pero no lo deseo en absoluto.
En cierto modo pienso que la cultura consiste en buena medida en hablar, no puedo evitarlo sobre todo ahora que ya no doy cursos, que me he jubbilado, y pienso cada vez más que hablar es algo sucio, mientras que la escritura es limpia. Escribir es limpio y hablar es sucio. Y es así porque es un coqueteo.
Nunca he soportado los debates. Asistí a debates cuando era muy joven, no los soportaba. Y tampoco viajo, ¿Por qué no? Porque los intelectuales, - yo no tendría inconveniente en viajar, si...bueno, no, mi salud me lo prohíbe -
Los viajes de los intelectuales son bufonadas. No viajan. Se desplazan para hablar, y luego, incluso durante el almuerzo, hablan con los intelectuales del lugar, o sea que no paran de hablar.
Yo no soporto hablar, hablar y hablar, no lo soporto. A mi modo de ver la cultura está al fin y al cabo, ligada a la palabra, y en este sentido yo odio la cultura. No puedo soportarla.
Claire Parnet: -Pero sobre eso volveremos, sobre la separación sobre una escritura limpia y la palabra sucia, porque a pesar de todo has sido un gran profesor y la solución...
Gilles Deleuze: - Es diferente, eso es diferente
Claire Parnet: - Pero volveremos sobre eso, porque hay una letra P que está ligada a tu trabajo de profesor y con ello tenemos la oportunidad de hablar de la seducción. Quería volver a algo que has eludido un poco, y es ese esfuerzo, esa disciplina que tú te impones, aunque en realidad no lo necesites, de ver ...no sé...digamos que en los últimos quince días; de ver la exposición de Sigmar Polke, en el museo de arte moderno. Vas, sin embargo, con bastante frecuencia, por no decir cada semana, a ver una gran película o a una exposición de pintura. No eres un erudito, no estás cultivado, no sientes ninguna admiración por la gente cultivada, como acabas de decir. ¿A qué corresponde esa práctica, ese esfuerzo? ¿Se trata de un placer?
Gilles Deleuze: - pienso que no. - bueno, sí, claro, se trata de un placer, en fin, no siempre es un placer. Pero entonces pienso en la cosa de estar al acecho.
En cierto modo yo no creo en la cultura, pero sí que creo en los encuentros y los encuentros no se hacen con gente, la gente cree en los encuentros, se hacen con gente y eso es terrible. Esto forma parte de la cultura, los intelectuales se encuentran entre ellos, esa marranada en los debates, toda esa infamia.
Pero los encuentros no se hacen con la gente, se hacen con obras. Yo me encuentro con un cuadro, me encuentro con un aire musical, me encuentro con una música.
Sí, comprendo lo que quiere decir un encuentro, cuando la gente quiere añadir además un encuentro consigo misma, con la gente, la cosa ya no funciona en absoluto. Eso no es un encuentro, esa es la razón de que los encuentros resulten tan decepcionantes. Los encuentros con la gente siempre son catastróficos.
Yo, como dices, cuando voy el sábado o el domingo al cine, no estoy seguro de tener un encuentro, pero salgo un poco, estoy al acecho, ¿ No hay nada que encontrar - un cuadro, una película? Entonces es formidable.
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fragmento del abecedario de Gilles Deleuze - 1988
El abecedario de Gilles Deleuze" fue producido y realizado por Pierre André Boutang para la televisión francesa en 1988, pero su primera emisión tuvo lugar en el canal Arte en 1996. Compuesto por 8 horas de entrevistas realizadas al filosofo francés Gilles Deleuze, “El abecedario” es la única cinta consagrada a este pensador que siempre se rehusó a aparecer en televisión. En esta única ocasión, aceptó ser entrevistado por un equipo de televisión con la condición de que la filmación adquiriera la forma de una conversación entre él y su antigua alumna y amiga Claire Parnet y que fuera emitida después de su muerte. Como el nombre de la película lo indica, a Deleuze se le interroga sobre 26 temas, cada uno de los cuales comienza por una de las letras del alfabeto. El filósofo aborda algunos de sus conceptos e ideas, pero también algunos asuntos más personales relacionados con su trabajo filosófico (por ejemplo, el tema de la letra “b” es “bebida” [boisson]; el de la “e”, infancia [enfance] y el de la “m”, “enfermedad” [maladie]).
encuentro decepcionante: cuando Deleuze habla de encuentro se refiere a congresos, jornadas, por ejemplo encuentros de verano sobre Kant u otro filósofo. Se refiere a la filosofía. No tiene nada que ver con la palabra encuentro tal como la usa y la acuña J.L.Moreno para el psicodrama.
esfuerzo y disciplina para ir al cine dice Claire: Deleuze ya está muy enfermo (tuberculosis desde 1968 y consecuencias pulmonares graves) y le cuesta el esfuerzo físico, caminar por ejemplo. Claire lo que señala es que si le cuesta tanto porque asiste a eventos culturales como la exposición de Sigmar Polke, si dijo que no le interesa.
Imágenes: la primera es un mural de Thierry Ehrmann en el museo La Morada del Kaos (Lyon). Están Guy Debord en rojo y Deleuze en azul
luego siguen fotogramas de la entrevista.......
El resto son obras de Sigmar Polke (en homenaje al esfuerzo de Deleuze).
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