martes, 27 de marzo de 2012

BION, EL PENSADOR, MENTIRA, VERDAD

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Un buen desarrollo, un buen crecimiento psíquico, depende de la verdad considerada como su nutriente. (ya en un post anterior había escrito que una mente sin verdad se muere de inanición).
La mentira es un tóxico.
Las experiencias emocionales necesitan ser "digeridas" para poder ser asimiladas por la personalidad.
Esta digestión mental se realiza por medio de lo que W.Bion llama función alfa que es lo que permitirá la transformación de lo sensorial y emocional en elementos aptos para formar pensamientos.
Si se tolera la relación entre la "cosa" y la "no cosa", si se tolera la diferencia entre presencia y ausencia, se pueden utilizar las "no cosas" para pensar.


                                                                                     Paul Rumsey - Seven Sins

Pero si existe una intolerancia a un objeto no siempre disponible contribuye para que los signos que marcan las emociones de la ausencia de "la cosa" se transformen en signos mentirosos.
El mentiroso da cuerpo a sus fantasías de omnipotencia ya que a diferencia del que dice la verdad, no se limita a registrar, hace algo.
La mentira es una acción que ocupa el lugar del pensamiento, aunque tenga la forma de tal.
Cuando la acción tiene al pensamiento como preludio requiere contacto con los hechos; el pensamiento tiene en cuenta el principio de realidad cuando tiene que pasar a la acción.
En cambio la acción como preludio de la acción puede usar el principio de realidad para manipularlo y crear una "realidad autoengendrada".

El lenguaje puede ser usado tanto para engañar y evadirse como para contener la experiencia emocional e indagar en su significado.

Tanto los funcionamientos psicóticos como los mentirosos patológicos impiden resolver los problemas del crecimiento mental, ya que ni siquiera pueden formularlos. En las psicosis esto lleva a pseudo-creencias y en la mentira a pseudo- pensamientos.


                                                         Marcel Duchamp - five-way portrait - 1917

Bion sostiene que para un pensamiento no hace falta un pensador, además para él los pensamientos son anteriores al pensar. (todavía más, los pensamientos están fuera de la mente).

Para la mentira "el pensador" es indispensable, para fabricar el pensamiento mentiroso.

Hay una relación  de omnipotencia-desamparo sobre un fondo de dolor mental; incertidumbre, ignorancia, lo finito y lo infinito.

En la mentira, frente al desamparo, se incrementa la dosis de omnipotencia y la necesidad de obtener conclusiones que lo desmientan. El mentiroso no tolera las dudas y los misterios, tiene la capacidad de producir pseudo-pensamientos que solo tienen contacto con su propia mente, deteriorando la relación mente-verdad. Sólo tolera sus propias "creaciones" que son las que le dan importancia como "pensador" que es lo contrario de estar al unísono con la relidad. Genera así una atmósfera de envidia y posesividad entre "pensadores".

Abandonar la mentira es enfrentarse a la vida real, que inevitablemente genera frustración.


                                                         Michael Hutter - inkubi


Delirios, alucinaciones y mentiras se pueden ubicar como una "patología de la conciencia".
No se trata de problemas que tengan que ver con la relación conciente-inconciente. Se trata de distorsiones en la evolución de la conciencia, que funcionan como obstáculos para la capacidad de "darse cuenta".



a partir del trabajo de Lía Pistiner de Cortiñas:
La dimensión estética de la mente

imagen superior René Magritte - el peregrino -1966
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