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Hay un período en el que los niños quieren que se les cuente el mismo cuento una y otra vez... Y hay que repetirlos de la misma forma. No solo respecto al contenido, al argumento, sino también todo el acompañamiento no verbal, los gestos y las expresiones de la voz.
Si se introduce una variación nos dirán que así no es y habrá que volver a empezar. El objetivo es bastante obvio, tan obvio que nos cuesta entenderlo: el niño lo quiere aprender de memoria y él no lo sabe decir... y nosotros no nos damos cuenta de que es eso lo que se propone pidiendo la repetición del cuento, de ese cuento que "les llega"y que han elegido de entre todos los que se le ofrecieron.
Pasado un tiempo y él estando con el libro y sin haber aprendido a leer aún, lo repite mirando, pasando las páginas, y el que lo observa desde afuera tiene la impresión de que el niño lo está leyendo. Lo ha aprendido de memoria. Ya se lo sabe. Ahora es él el narrador de la historia. Este es un aprendizaje (natural y espontáneo) que se inicia a los tres años aproximadamente y va a ir sentando las bases de futuros aprendizajes, a través de los juegos con juguetes y los juegos de roles espontáneos con otros niños. Estas historias fantásticas con Hadas, Ogros, Elfos y demás, están en la base de muchos aprendizajes sociales.
Sergio Canadé - Santa Cruz de Tenerife - abril de 2010- a partir de Memoria. Juego y Dramatización de Jaime Rojas-Bermúdez
imagen: fotografía de Gertrude Käsebier de 1900-05 aprox.
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