domingo, 26 de octubre de 2008

CUADRO, CLAVE DEL CUADRO


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........"La más curiosa explicación de la pintura de un cuadro en el interior de otro cuadro: el que sea la clave que explique éste. El cuadro dentro del cuadro tiene a menudo un sentido alegórico"......

.......A manera del cuento de Edgar A. Poe, La carta robada, que nos demuestra cómo, para esconder algo a las más minuciosas pesquisas, no hay como ponerlo en evidencia, los pintores que emplean ese sistema de explicación paradójica ponen en un cuadro que todos ven, el secreto de un tema que no ve nadie, distraído por la apariencia de la escena principal. El procedimiento es tan astuto que todavía en nuestro tiempo se discute el tema de ciertos cuadros de Velázquez, pintados hace tres siglos"....

..........."El paradójico cuidado de los pintores de ocultar descubriendo hace que en una época como la nuestra, habituada a la pereza óptica, al lenguaje somero de las publicaciones inteligibles hasta para los más lerdos, sea casi imposible descifrar el problema que tan delicadamente se nos plantea".......

............."A veces, el mensaje saltaría a la vista, si nos tomásemos el trabajo de leer el cuadro. El miedo absurdo a lo literario ha privado a la pintura moderna de ese modo astuto de revelar y esconder a la vez su secreto que es el cuadro dentro del cuadro, salvo en las obras de algunos simbolistas y surrealistas, y en algunas creaciones del pop-art".......

Julián Gallego "El cuadro dentro del cuadro" Madrid- 1984

ilustración: Pat Rocha "Portrait of Vivian" 2008 óleo sobre lienzo

viernes, 17 de octubre de 2008

EL DUELO

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.........."El duelo es un largo camino que comienza con el dolor vivo de la pérdida de un ser querido y que declina con la aceptación serena de su ausencia. Hacer un duelo significa aprender a vivir con la ausencia. Durante este procso el dolor se presenta en forma de arranques aislados de pesar. Para comprender la naturaleza de esos accesos dolorosos hay que concebir el duelo como un lento trabajo en el que el yo deshace pacientemente lo que había anudado brutalmente en el momento de la pérdida. El duelo consiste en deshacer lentamente lo que se cuajó precipitadamente. Por efecto del golpe que significó la pérdida, el yo invistió excesivamente la representación del amado desaparecido; luego, durante ese duelo, el yo vuelve sobre sus pasos; desinviste poco a poco la representación del amado hasta que ésta pierde su vivacidad y deja de ser un cuerpo extraño, que para él es fuente de dolor. Desinvestir la representación implica retirarle su exceso de afecto. volver a colocarla entre las otras representaciones e investirla de un modo diferente. Por consiguiente, podemos definir el duelo como un lento y penoso proceso de desamor respecto a la persona desaparecida, para comenzar a amarla de otra manera. Aclaremos este punto. Con el duelo el doliente no olvida al difunto ni deja de amarlo; sólo atenúa un apego excesivo y que ha sido una reacción a una pérdida brutal. Por ello diremos que hacer el duelo es aprender a amar de otro modo a la persona desaparecida, a amarla sin el estímulo de su presencia viva."....
....."Ahora que hemos definido el duelo como un proceso de desamor, comprenderemos que el dolor sobreviene cada vez que se reaviva un acceso de amor. En el duelo, el amor corresponde, en efecto, a la reinvestidura momentánea de una imagen que está siendo desinvestida lentamente. Y esto se produce cuando incidentalmente el doliente encuentra en la realidad algún detalle que le recuerda el tiempo en que el ser amado estaba vivo. En ese momento, en el que la fuerza del recuerdo reanima la representación del difunto y en el que el sujeto debe rendirse nuevamente ante la evidencia de la pérdida irreversible, el dolor regresa. Digámoslo claramente, hay dolor cada vez que se reanima la imagen del ser desaparecido y, simultáneamente, cada vez que me rindo a la evidencia de su ausencia. Así, los accesos de dolor que puntúan el duelo son oleadas de un amor tenaz que no quiere desaparecer."
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J.D. Nasio: "El dolor de amar" 1998
ilustración: Pat Rocha "Remembering Mrs Smith" 2008 óleo sobre lienzo

jueves, 16 de octubre de 2008

EL GRITO

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..."Hay dos maneras de reaccionar dolorosamente a la pérdida del ser amado. Por ejemplo cuando estamos preparados para verlo partir porque está condenado por una enfermedad, vivimos su muerte con una pena infinita pero representable, como si el dolor del duelo hubiese sido nombrado antes de aparecer y el trabajo de duelo hubiese comezado ya antes de la desaparición del amado. En este caso el dolor, aunque insoportable, continúa estando integrado en nuestro yo y compone una parte de él. Si por el contrario, la pérdida del otro amado es súbita e imprevisible, el dolor se impone sin miramientos y trastorna todas las referencias de espacio, de tiempo y de identidad. Es inconcebible porque el yo no puede asimilarlo. Si tuviéramos que designar cuál de estos dos sufrimientos merece plenamente llamarse dolor, elegiríamos el segundo. El dolor siempre está marcado con el sello de la inmediatez y lo imprevisto.- ¿Cómo se experimenta corporalmente el dolor psíquico?- En los primeros instantes, el dolor psíquico se vive como un poder aniquilador. El cuerpo pierde su armazón y cae al suelo como cae un vestido de su percha. Entonces el dolor se traduce en una sensación física de desagregación y no de fragmentación. Es un derrumbe mudo del cuerpo. Ahora bien, los primeros recursos para contener ese derrumbe -que tardan en llegar- son el grito y la palabra. El antídoto más primitivo contra el dolor, al que los hombres han recurrido desde siempre, es el grito, cuando la persona puede emitirlo. Después hay palabras que resuenan en la cabeza y que intentan tender un puente entre la realidad conocida antes de la pérdida y esta realidad desconocida de hoy. Son palabras que tratan de transformar el dolor difuso del cuerpo en un dolor recogido en el alma".....
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Juan David Nasio : "El dolor de amar" París 1998
imagen: Francis Bacon: estudio para base de crucifixión

miércoles, 15 de octubre de 2008

AUSENCIA

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......"Así volviendo a la pérdida de alguien, a su muerte, Simone Weil indica: "La presencia del muerto es imaginaria. Pero su ausencia es muy real. Es desde entonces su manera de aparecer" "De modo que amarlo es poder amar su ausencia. Pero hacer como que le veo por todas partes, es negarle su única manera de ser, que es su ausencia."
..... "Si se llena esa ausencia con imaginación, se le está negando inadvertidamente. Otro camino, sin duda más doloroso, es amarle tal como es, mediante su ausencia, sin cubrir su ausencia con imaginación. Aceptar que es otro, aceptar que no es una criatura de la imaginación, aceptar que es el vacío que ha quedado en tu vida, en lugar de llenar ese vacío con una compensación".

Enrique Eskenazi: Seminarios sobre SATURNO & EL DON DE LA MELANCOLÍA Barcelona 2005
ilustración: Ellen Weinstein: "Losing a spouse"

lunes, 13 de octubre de 2008

REHEN DEL DESTINO

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..."La naturaleza del amor implica —tal como lo observó Lucano dos milenios atrás y lo repitió Francis Bacon muchos siglos más tar­de— ser un rehén del destino."

..."En el Simposio de Platón, Diótima de Mantinea le señaló a Sócra­tes, con el asentimiento absoluto de éste, que “el amor no se dirige a lo bello, como crees”, “sino a concebir y nacer en lo bello”. Amar es desear “concebir y procrear”, y por eso el amante “busca y se es­fuerza por encontrar la cosa bella en la cual pueda concebir”. En otras palabras, el amor no encuentra su sentido en el ansia de cosas ya hechas, completas y terminadas, sino en el impulso a participar en la construcción de esas cosas. El amor está muy cercano a la trascendencia; es tan sólo otro nombre del impulso creativo y, por lo tanto, está cargado de riesgos, ya que toda creación ignora siem­pre cuál será su producto final.En todo amor hay por lo menos dos seres, y cada uno de ellos es la gran incógnita de la ecuación del otro. Eso es lo que hace que el amor parezca un capricho del destino, ese inquietante y miste­rioso futuro, imposible de prever, de prevenir o conjurar, de apre­surar o detener. Amar significa abrirle la puerta a ese destino, a la más sublime de las condiciones humanas en la que el miedo se funde con el gozo en una aleación indisoluble, cuyos elementos ya no pueden separarse. Abrirse a ese destino significa, en última ins­tancia, dar libertad al ser: esa libertad que está encarnada en el Otro, el compañero en el amor"....
Zygmunt Bauman: Amor Líquido (acerca de la fragilidad de los vínculos humanos) 2005 - ilustración: Heiko Muller: Nigtingale -óleo