lunes, 21 de julio de 2014

HUNTER BÁSICAMENTE ANTISOCIAL



Hunter y su pájaro Edward


"En primer lugar, yo no vivo de orgía en orgía como podría haber hecho creer. Yo bebo mucho menos de lo que la mayoría de la gente piensa, y creo que mucho más de lo que algunos creen. 
Soy muy sincero acerca de algunas de las cosas que la gente toma muy a la ligera, y casi insultante, despreocupado sobre algunas de las cosas que la gente toma más en serio. 
En resumen, soy básicamente antisocial, ciertamente, pero no en un grado alarmante, sólo un poco más de lo que parezco ser. "

Hunter S. Thompson.


viernes, 18 de julio de 2014

HABLANDO AL DOLOR



©Jules Olitski - 1962


Hablando al dolor
Denise Leverton


Ah dolor, no debo tratarte
como a un perro sin hogar
que llega a la puerta de atrás
por un hueso pelado, una costra de pan.
Debo confiar en ti.

Debo llevarte con paciencia
hasta la casa y darte
tu propio rincón,
un felpudo gastado para que te acuestes,
tu propio plato de agua.


Tú piensas que no sé que has estado viviendo
bajo mi portal.
Anhelas que tu lugar verdadero esté preparado
antes de que llegue el invierno. Necesitas
tu nombre,
tu collar y tu medalla. Necesitas
el derecho de alejar a los intrusos,
de considerar
mi casa la tuya
y tuya mi persona
y a ti mismo
mi propio perro.



En Poemas
Selección y traducción: Diana Bellessi



jueves, 17 de julio de 2014

LOS MEJORES DE LA RAZA



 ©Monfort- Charles Bukowski 


Los mejores de la raza 

no hay nada que
discutir
no hay nada que
recordar
no hay nada que
olvidar

es triste
y
no es
triste

parece que la
cosa más
sensata
que una persona puede
hacer
es
estar
sentada
con una copa en la
mano
mientras las paredes
blanden
sonrisas de
despedida


uno pasa a través de
todo
ello
con una cierta
cantidad de
eficiencia y
valentía
entonces
se va algunos aceptan
la posibilidad de
Dios
para ayudarles
en su
paso

otros
lo aceptan
como es
y por estos
bebo
esta noche.


Charles Bukowski
Traducción: Umberto Cobo



©Monfort - Charles Bukowski.


lunes, 14 de julio de 2014

DERRIDA: SABER QUE HAY UN LUGAR



©D.B. Horowitz - Metamorfosis


...El deseo de un lugar nuevo, de unas galerías, unos corredores, de un nuevo modo de habitar, de pensar. Esto es una promesa.

...Saber que hay lugar para una promesa, aunque luego no surja en su forma visible. Lugares en los que el deseo pueda reconocerse a sí mismo, en los cuales pueda habitar. 

(El establecimiento de un lugar que hasta entonces no había existido y que está de acuerdo con lo que sucederá allí un día: eso es un lugar)


sábado, 12 de julio de 2014

EMIL CIORAN - ESCRIBIR



Sergio Canadé- composición y reatauración a partir de una foto de ©Henri Martinie


A modo de confesión

Sólo tengo ganas de escribir cuando me encuentro en un estado explosivo, enfebrecido o crispado, en un estupor metamorfoseado en frenesí, en un clima de ajuste de cuentas en el que las invectivas sustituyen a las bofetadas y a los golpes. De ordinario, la cosa comienza así: un ligero temblor que se hace cada vez más fuerte, como tras un insulto que se ha soportado sin responder. Expresión equivale a réplica tardía o a agresión diferida: yo escribo para no pasar el acto, para evitar una crisis. La expresión es alivio, venganza indirecta del que no puede digerir una afrenta y se rebela con palabras contra sus semejantes y contra sí mismo. La indignación es menos un estado moral que un estado literario, es incluso el resorte de la inspiración. ¿Y la sabiduría? Es precisamente lo contrario. El sabio que hay en nosotros arruina todos nuestros ímpetus, es el saboteador que nos disminuye y paraliza, que acecha al loco que hay en nosotros para calmarle y comprometerle, para deshonrarle. ¿La inspiración? Un desequilibrio repentino, voluptuosidad irresistible de armarse o destruirse. Yo nunca he escrito una sola línea a mi temperatura normal. Y sin embargo, durante largos años, me consideré como el único individuo sin defectos. Ese orgullo me resultó benéfico: me permitió emborronar papel. He dejado prácticamente de escribir en el momento en que, al sosegarse mi delirio, me he convertido en la víctima de una modestia perniciosa, nefasta para esa febrilidad de la que emanan las intuiciones y las verdades. Sólo puedo escribir cuando, habiéndome repentinamente abandonado el sentido del ridículo, me considero el comienzo y el fin de todo.

Escribir es una provocación, una visión afortunadamente falsa de la realidad que nos coloca por encima de lo que existe y de lo que nos parece existir. Rivalizar con Dios, superarlo incluso mediante la sola virtud del lenguaje: ésa es la hazaña del escritor, espécimen ambiguo, desgarrado y engreído que, liberado de su condición natural, se ha abandonado a un vértigo magnífico, desconcertante siempre, a veces odioso. Nada más miserable que la palabra y sin embargo a través de ella uno se eleva a sensaciones de dicha, a una dilatación última en la que uno se halla totalmente solo, sin el menor sentimiento de opresión. ¡Lo supremo alcanzado mediante el vocablo, mediante el símbolo mismo de la fragilidad! Pero lo supremo se puede también alcanzar, curiosamente, a través de la ironía, a condición de que ésta, llegando hasta el extremo de su obra de demolición, dispense escalofríos de un dios autodestructor. Las palabras como agentes de un éxtasis al revés... Todo lo que es verdaderamente intenso participa del paraíso y del infierno, con la diferencia de que el primero sólo podemos entreverlo, mientras que el segundo tenemos la suerte de percibirlo y, más aún, de sentirlo. Existe una ventaja más notable aún, de la que el escritor posee el monopolio, la de poder desembarazarse de sus peligros. Sin la facultad de emborronar páginas, me pregunto qué hubiera sido de mí. Escribir es deshacerse de nuestros remordimientos y de nuestros rencores, es vomitar nuestros secretos. El escritor es un desequilibrado que utiliza esas ficciones que son las palabras para curarse. ¡Cuántos malestares, cuántos arrebatos siniestros no he superado yo gracias a ese remedio insustancial! Escribir es un vicio del que puede uno cansarse. A decir verdad, yo escribo cada vez menos, y acabaré sin duda por dejar de escribir totalmente, pues he dejado de encontrar el menor encanto a ese combate con los demás y conmigo mismo.

Cuando se aborda un tema, sea cual sea, se experimenta un sentimiento de plenitud, acompañado de una pizca de altivez. Fenómeno más extraño aún: esa sensación de superioridad cuando se evoca una figura que se admira. En medio de una frase, ¡con qué facilidad se cree uno el centro del mundo! Escribir y venerar se dan juntos: quiérase o no, hablar de Dios es mirarle desde arriba. La escritura es la revancha de la criatura y su respuesta a una Creación chapucera. (1984)

Emil Cioran


Ejercicios de admiración y otros textos

Trad.: Fernando Savater 


jueves, 10 de julio de 2014

HÄENDEL CON CECILIA BARTOLI



©Natalie Foss - Sad Sprng




George Friedrich Häendel
Lascia ch´io Pianga
(Déjame llorar)

Cecilia Bartoli
mezzosoprano 


miércoles, 9 de julio de 2014

SINGULARIDADES COMPLEJAS

 

©Montserrat Gudiol



"Gilles Deleuze y yo decidimos no hablar de sexualidad y sí de deseo, es porque consideramos que los problemas de la vida, de la creación, nunca son reductibles a funciones fisiológicas, a funciones de reproducción, o a alguna dimensión particular del cuerpo.

Éstos siempre implican elementos que están más allá del individuo -en el campo social, en el campo político- así como elementos que están del lado del individuo. Tales elementos no son tan fáciles de captar como pensaron los psicoanalistas con su noción de complejos estereotipados, estructuras generales, universales.

Desde esta perspectiva, del lado del individuo y del cuerpo, existen singularidades complejas que no pueden ser rotuladas."


Félix Guattari  -  Micropolíticas.  Cartografías del deseo.