martes, 31 de diciembre de 2013

2014

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Con mis mejores deseos


©Weza 

lunes, 30 de diciembre de 2013

ENAMORARSE

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©Sitios en el Corazón (Ps)
                                        

"Enamorarse es individualizar a alguien por los signos que causa o emite.

Es sensibilizarse frente a esos signos, hacer de ellos el aprendizaje. (…)

El amado implica, envuelve, aprisiona un mundo que hay que descifrar, es decir, interpretar.

Se trata incluso de una pluralidad de mundos; el pluralismo del amor no sólo concierne a la multiplicidad de seres amados, sino a la multiplicidad de las almas o de los mundos de cada uno de ellos.

Amar es tratar de explicar, desarrollar, estos mundos desconocidos que permanecen envueltos en lo amado."


Gilles Deleuze - Proust y Los Signos



domingo, 29 de diciembre de 2013

DORMIR, DESPERTAR, MILLONES DE VECES

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©Allen Ginsberg - Jack Kerouac durmiendo


Y durante un momento llegué al punto del éxtasis al que siempre había querido llegar; a ese paso completo a través del tiempo cronológico camino de las sombras sin nombre; al asombro en la desolación del reino de lo mortal con la sensación de la muerte pisándome los talones, y un fantasma siguiendo sus pasos y yo corriendo por una tabla desde la que todos los ángeles levantan el vuelo y se dirigen al vacío sagrado de la vacuidad increada, mientras poderosos e inconcebibles esplendores brillan en la esplendente Esencia Mental e innumerables regiones del loto caen abriendo la magia del cielo. Oía un indescriptible rumor hirviente que no estaba en mi oído sino en todas partes y no tenía nada que ver con el sonido. Comprendí que había muerto y renacido innumerables veces aunque no lo recordaba porque el paso de vida a muerte y de muerte a vida era fantasmalmente fácil; una acción mágica sin valor, lo mismo que dormir y despertar millones de veces, con una profunda ignorancia totalmente casual.

En el camino





sábado, 28 de diciembre de 2013

NERUDA


"Si nada nos salva de la muerte,
 al menos que el amor nos salve de la vida"

PABLO NERUDA



     ©Katharina Gaenssler

lunes, 23 de diciembre de 2013

NAVIDAD 2013

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                                                                                                      ©Pawel Kucynski


 
Johann Sebastian Bach
Oratorio de Navidad - aria: Nació mi Salvador

Gundula Janowitz
soprano
Orquesta Bach de Munich
Karl Richter
director

  
Filippo Lippi - Virgen con Niño y dos ángeles, 1445 - detalle


sábado, 21 de diciembre de 2013

HESSE Y LAS TIENDAS EN NAVIDADES



©Miguel Almagro


de Escaparates antes de Navidad, 1927
del libro Las estaciones de Hermann Hesse


Las navidades son unas fechas de las que, a decir verdad, no me gusta hablar. Por un lado, la hermosa palabra evoca recuerdos entrañables, sagrados, de las legendarias fuentes   de la infancia, vibra, mágica, a la luz de aquel dorado amanecer de la vida. Y está para siempre impregnada de símbolos sagrados, indestructibles: ¡el pesebre, la estrella, el Niño, la Adoración de los pastores, de los reyes y de los sabios de Oriente! Y, por otro, "Navidad" es un verdadero concepto, un depósito envenenado de todos los sentimentalismos y las falsedades burguesas, ocasión de salvajes orgías para la industria y el comercio, oropel para los grandes almacenes, huele a latita lacada, a agujas de abeto y a gramófono, a repartidores y a carteros agotados que maldicen por lo bajo, a solemnidad cohibida en el salón, junto al árbol engalanado, a suplementos extraordinarios de los periódicos, a anuncios, muchos anuncios...en una palabra, a mil cosas que me resultan amargamente odiosas y repugnantes y que me resultarían indiferentes y ridículas si no se abusara tan atrozmente del nombre del Salvador y de la memoria de nuestros años más tiernos...

Ahora bien, pese a todos estos sentimientos contradictorios y angustiosos no puedo sino admitir que algunas noches de diciembre, cuando, tras una tarde oscura y cubierta comienzan a resplandecer las calles comerciales, cuando todo el colorido chillón de los escaparates cae sobre el asfalto mojado o cubierto de nieve y la calle adquiere cierto aire animado y festivo, esa agitación navideña, falsa y vehemente, me resulta hasta cierto punto divertida, incluso con su lado superficial, y puedo pasear una hora entera por esa parte de la ciudad que habitualmente evito, y puedo, perdido y embelesado, pasar cientos de veces ante las tiendas iluminadas, perdido en la contemplación. Sueño entonces que soy el hijo de un califa de Bagdad y que, tras un largo viaje sembrado de aventuras, tras escapar de peligros mortales y crueles prisiones, llego a una radiante ciudad del Lejano oriente y me mezclo, fascinado y curioso, con el gentío que pulula por los bazares..


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Magnífica es la luz de las tiendas vestidas de fiesta. Hay dos clases de tiendas ante las cuales de vez en cuando me detengo, aunque no para mirar los escaparates, sino a la gente atraída por ellos. Son, las primeras, las tiendas en las que se compran juguetes; después vienen las que ofrecen todo lo que necesitan las mujeres elegantes que buscan ropa, joyas, pelo, piel, uñas de las manos y de los pies. Allí pueden verse ojos hermosos que centellean con la luz cegadora y desnuda del deseo más primitivo, y es allí donde comprobamos con alegría que hay mundos y ramos de la industria cuya razón de ser llegamos a reconocer no directamente, cierto, pero sí de ese modo indirecto...

Y también hay una clase de tiendas que para mí siguen teniendo el encanto que tuvieron en mi ya lejana infancia. Son las tiendas en las que se venden papel y lápices, plumas y pinturas, cajas de acuarelas, reglas, compases, carboncillos. Ahí sí me detengo largamente, enamorado de una colección de espléndidas acuarelas de París o de Londres, de un haz de los finos lápices Kohinoor, de una caja de grafito siberiano, de bobinas y de resmas de papel de calidad. Por ejemplo, cien hojas de un papel de tinta, delicado y resistente a la vez, ¡ése sí sería un regalo con el que echarme el cebo!



Hermann Hesse . acuarela



viernes, 20 de diciembre de 2013

INVIERNO 2013



©Footprints/Saul Leiter - 1950


NOCHE DE INVIERNO

Lenguas de fuego en la chimenea.
Gris dejan ver los cristales, nieve.
Resuena el eco de un verano muerto
en el cansado luto de la noche.

Recuerdo ahora los días de mi infancia,
a mi oído llegan cuentos olvidados,
suenan campanas, y en zapatos plateados
atraviesa la blanca noche el Niño.

poema del libro Las estaciones de Hermann Hesse 


EL NOMBRAR Y EL VER

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fotografía de Andy Ilachinski


 "Ver es olvidar el nombre
de la cosa que se ve. "



 
 

jueves, 19 de diciembre de 2013

JIMI HENDRIX

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   ©Mark Ryden - Jimi Hendrix - 1999 - óleo sobre lienzo


"Yo soy el que tiene que morir cuando me llegue el momento,
 así que déjame vivir mi vida como yo quiero."




                                               ©Elliot Landy - Jimi Hendrix - NYC - 1968


En el año 2003, la revista Rolling Stone lo eligió como el mejor guitarrista de todos los tiempos y en 2004 lo incluyó en su lista de los mejores artistas de toda la historia (n.º 6).
En 2009, la revista estadounidense Time lo situó como el mejor guitarrista de guitarra eléctrica de la historia, por delante de B. B. King, Chuck Berry, Jimmy Page, Keith Richards y Eric Clapton, entre otros.
Igualmente, en 2003 la revista especializada británica Total Guitar, con el voto de más de 4000 lectores, eligió a Jimi Hendrix como el mejor guitarrista de la historia del rock
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   Jimi Hendrix 
    
 Hear My Train a Comin
(Getting My Heart Back Together Again)
con una guitarra acústica de 12 cuerdas.  

                                                       

                                                                                            ©Gered Mankowitz

                                            
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miércoles, 18 de diciembre de 2013

UN PEQUEÑO POEMA Y UN FRAGMENTO

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©Takahiro Kimura - serie Broken Face 


Las hormigas deambulan
en el espejo de
la mente,
sobre las arenas
que yo
observo falsamente 

 Jack Kerouac 

©Takahiro Kimura - serie Broken Face - detalle
 
 
Percibí en sus ojos una curiosa opacidad y una aridez que no se debían al llanto, sino más bien al hecho de haber estado mirando durante largo tiempo una cosa única. Posiblemente se trataba de una niebla producida por sus pensamientos. No había ciertamente a su alrededor objeto alguno que no hubiese mirado centenares de veces.

Wilkie Collins

fragmento de La piedra lunar  (1848)


martes, 17 de diciembre de 2013

TODOS LOS DÍAS ALGO NOS TRASCIENDE

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Leonardo - estudio para el ángel de La virgen de las rocas


Cada vez más profundo

No sé si soy dueña de estas anotaciones
pero tengo cierto poder sobre ellas, un poder evanescente.
Como la bruma que corta el deambular de un náufrago,
o el velo que por beatitud una mano profana.
Anochece y el canto electrónico de los grillos
convoca a la profundidad de la selva.
Paso a la mano derecha el anillo que mi mano izquierda
ya no puede sostener.
Sucumbir. No podemos estar a la altura.
Todos los días algo nos trasciende.
Cada vez es más profundo el misterio de la noche,
su corazón negro llorando oscuridad.
Cada vez más salvaje la necesidad de amar
sin desgarrarse. 

Natalia Litvinova

poema extraído de su blog Casa Ajena
http://www.casajena.blogspot.com.ar/

lunes, 16 de diciembre de 2013

ENTENDER LA ESENCIA DE MI TIEMPO

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 ©Michael  Montfort - Bukowski en su tierra natal - Renania


" EL MINUTO " de Charles Bukowski



Siempre estoy luchando por el siguiente
minuto, le digo a mi mujer.
entonces ella empieza a decirme
lo equivocado que estoy.
las esposas tienen por costumbre
no creer lo que sus maridos
les dicen.

el minuto es algo muy
sagrado.
he luchado por cada uno desde la
infancia.
sigo luchando por cada uno.
no he estado nunca aburrido ni
sin saber qué hacer a continuación.
incluso cuando no hago nada
saco partido al tiempo.

no alcanzo a entender
por qué la gente tiene que ir
a parques de atracciones o películas
o sentarse delante de la tele
o hacer crucigramas
o ir de picnic
o visitar a los parientes
o viajar
o hacer la mayoría de las cosas
que hacen.
mutilan minutos
horas,
días,
vidas.

no tienen ni idea de lo
precioso que es un
minuto.

lucho por entender la esencia
de mi tiempo.
eso no significa que
no pueda relajarme
y tomarme una hora libre
pero debe de ser cuando
yo quiera.

luchar por cada minuto es
luchar por lo que es posible en
tu interior,
de manera que tu vida y tu muerte
no sea como la suya.

no seas como ellos
y sobrevivirás.

minuto a
minuto.





sábado, 14 de diciembre de 2013

MARCEL DUCHAMP Y LOS INFRALEVES


©Michel Sima - Marcel Duchamp - 1960 - coloreada - detalle


"Lo posible es un infraleve.
La posibilidad de que varios tubos de colores lleguen a ser un Seurat es "la explicación" concreta de lo posible como infraleve.
Al implicar lo posible, el llegar a ser, el paso de lo uno a lo otro tiene lugar en lo infraleve."

Marcel Duchamp, Infraleves (Inframince) 1914


Son infraleves para Duchamp:

- El calor de un asiento que se acaba de dejar.
- El sabor a humo que queda en la boca al fumar.
- El sonido del roce de los pantalones al caminar.
- Las puertas del subte, la gente que pasa en el ultimo momento.
- Las caricias.
- Un dibujo al vapor de agua.
- El aliento vital sobre superficies pulidas, vidrio, espejo, piano...




© Life/Time/Eliot Elisofon - Marcel Duchamp bajando una escalera - 1952 


Según todas las apariencias, el artista actúa como un ente mediumístico, que, del laberinto más allá del tiempo y del espacio, busca su camino de salida a la claridad. 

Si damos los atributos de un médium al artista, debemos, entonces, negarle la facultad de ser plenamente consciente, en el plano estético, de qué es lo que está haciendo o por qué lo hace. Todas sus decisiones en la ejecución artística de la obra se basan en el dominio de la pura intuición, y no pueden ser traducidas en un auto-análisis, habladas o escritas, o incluso, pensadas.


Sé que este enunciado no contará con la aprobación de muchos artistas que rehúsan este rol mediumístico y que insisten en la validez de su plena conciencia en el acto creativo —sin embargo la historia del arte consistentemente ha decidido sobre las virtudes de una obra de arte a través de consideraciones completamente divorciadas de las racionalizadas explicaciones del artista.

Si el artista, como ser humano, pleno de las mejores intenciones hacia sí mismo y hacia el mundo completo, no juega ningún rol en la apreciación de su propia obra, ¿cómo puede uno describir el fenómeno que impulsa al espectador a reaccionar críticamente sobre la obra de arte? En otras palabras, ¿cómo se produce esta reacción?

Este fenómeno es comparable a una transferencia, del artista al espectador, en la forma de una osmosis estética que tiene lugar por medio de la materia inerte: pigmento, piano o mármol.

Lo que tengo en mente es que el arte puede ser malo, bueno o indiferente, pero, cualquiera sea el adjetivo que se use, debemos llamarlo arte, y el mal arte es aún arte, del mismo modo que una mala emoción sigue siendo una emoción.


Marcel Duchamp
fragmento de una conferencia publicada en: 
Art News, vol56, Nº4 de 1957-USA





jueves, 12 de diciembre de 2013

DONIZETTI: "AMORE E MORTE"

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Paul Klee - In the Magic Mirror - 1934




Amore e Morte de Gaetano Donizetti

Cecilia Bartoli
Mezzo soprano

Jean Yves Thibaudet - Piano
Teatro Olimpico,Vicenza,Italy
June 1998

 

miércoles, 11 de diciembre de 2013

DERRIDA: LA MENTIRA

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                                                     ©El País/EFE - Jacques Derrida
 

Lo relevante en la mentira no es nunca su contenido, sino la intencionalidad del que miente. La mentira no es algo que se oponga a la verdad, sino que se sitúa en su finalidad: en el vector que separa lo que alguien dice de lo que piensa en su acción discursiva referida a los otros. Lo decisivo es, por tanto, el perjuicio que ocasiona en el otro, sin el cual no existe la mentira.





martes, 10 de diciembre de 2013

CLARICE - TORTURA Y GLORIA

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Clarice lispector - Foto Musso - Río (Brasil) detalle
 
 
Ella era gorda, baja, pecosa y de cabellos excesivamente crespos. Su busto se volvió enorme, mientras todas nosotras seguíamos chatas. Como si fuera poco, se llenaba los bolsillos de la blusa, por encima del busto, con caramelos. Pero tenía lo que todo niño devorador de historias querría tener: un padre librero.
 
De poco le valía. Y a nosotras menos todavía: incluso para los cumpleaños, en lugar de algún librito, ella nos entregaba una tarjeta postal de la librería de su padre. Y para colmo con el paisaje de Recife, donde vivíamos, con sus puentes. Atrás escribía con caligrafía ornamentada palabras como fecha de nacimiento y saudade.
 
Pero qué talento tenía para la crueldad. Ella era pura venganza, chupando sus caramelos y haciendo ruido. Cuánto nos debía de odiar esa niña, a nosotras que éramos imperdonablemente bonitas, esbeltas, altas, con cabellos sedosos. Conmigo ejerció con calma ferocidad su sadismo. En mi ansia por leer, yo ni notaba las humillaciones a las que ella me sometía: seguía implorándole en préstamo los libros que ella no leía.
 
Hasta que llegó para ella el gran día de empezar a ejercer sobre mí una tortura china. Como sin querer, me informó que tenía As reinações de Narizinho.1
 
Era un libro grueso, Dios mío, un libro para vivir con él, comiéndolo, durmiendo con él. Y totalmente por encima de mis posibilidades. Me dijo que pasara por su casa al día siguiente y que ella me lo prestaría. Hasta ese día siguiente me transformé en la esperanza misma de la alegría: no vivía, flotaba lentamente en un mar suave. Al día siguiente fui a su casa, literalmente corriendo. Ella no vivía en un sobrado2 como yo, y sí en una casa. No me invitó a entrar. Mirándome fijamente a los ojos, me dijo que le había prestado el libro a otra niña, y que volviese al día siguiente a buscarlo. Boquiabierta, me retiré despacio, pero pronto la esperanza de nuevo me invadía toda y yo retomaba la calle dando saltitos, que era mi modo extraño de andar por las calles de Recife. Esta vez no me caí: me guiaba la promesa del libro, el día siguiente llegaría, los días siguientes eran toda mi vida, el amor por el mundo me esperaba, y seguí saltando por las calles como siempre sin caerme ni una vez.
 
Bueno, pero no acabó simplemente allí. El plan secreto de la hija del librero era frío y diabólico. Al día siguiente allí estaba yo en la puerta de su casa, sonriente y con mi corazón latiendo. Para oír la fría respuesta: el libro todavía no estaba en su poder, que volviese al día siguiente. No sabía yo, como más adelante con el pasar de la vida, que el drama del día siguiente se repetiría con el corazón latiendo.
 
Y así siguió. ¿Cuánto tiempo? No sé. Ella sabía que era un tiempo indefinido, en tanto la hiel no se escurriese de su grueso cuerpo. Yo había empezado ya a adivinar que me había elegido para que sufriera, a veces adivino. Pero, incluso adivinándolo, a veces acepto: como si quien quiere hacerme sufrir necesitara que yo sufra.
 
¿Cuánto tiempo? Iba todos los días a su casa, sin faltar ni uno siquiera. A veces ella decía: pues al libro lo tuve ayer a la tarde, pero como no viniste, se lo presté a otra nena. Y yo, que no tenía ojeras, sentía que se me formaban bajo mis ojos espantados.
 
 
   ©Sir John Lavery - 1887
 
Hasta que un día, cuando estaba en la puerta de su casa, oyendo humilde y silenciosa su negativa, apareció su madre. Debía extrañarle la diaria y muda aparición de aquella niña en la puerta de su casa. Nos pidió explicaciones. Hubo una confusión silenciosa, entrecortada de palabras poco esclarecedoras. A la señora le parecía cada vez más raro el no poder entender. Hasta que esa buena madre comprendió. Se volvió hacia su hija y con enorme sorpresa exclamó: ¡pero ese libro nunca salió de esta casa y tú nunca lo quisiste leer! Y lo peor para ella no era esa revelación, sino haber descubierto qué hija tenía. Con real horror nos observaba: la potencia de la perversidad de su hija desconocida, y la niña de pie en la puerta, exhausta, enfrentada al viento de las calles de Recife. Fue entonces que, rehaciéndose, dijo firme y calma a la hija: vas a prestarle ya mismo As reinações de Narizinho. Y me dijo todo lo que jamás me habría atrevido a imaginar. “Y tú te quedas con el libro el tiempo que quieras”. ¿Entienden? Era más que darme el libro: por el tiempo que yo quisiera es todo lo que una persona, pequeña o grande, puede querer.

¿Cómo contar lo que siguió? Yo estaba atontada, y así recibí el libro en mis manos. Creo que no dije nada. Lo tomé. No, no me fui saltando como siempre. Me retiré caminando muy lentamente. Sé que sostenía el libro con ambas manos, que lo apretaba contra el pecho. Cuánto tiempo me llevó llegar a casa, poco importa. Mi pecho ardía, mi corazón estaba desmayado, pensativo.

Al llegar a casa, no empecé a leer. Fingía que no lo tenía, sólo para sentir después el sobresalto de tenerlo. Horas después lo abrí, leí algunas líneas, lo cerré de nuevo, me fui a pasear por la casa, lo postergué más comiendo pan con manteca, fingí que no sabía dónde había guardado el libro, lo encontraba, lo abría por algunos instantes. Creaba las más falsas dificultades para aquello clandestino que era la felicidad. ¡Cuánto me demoré! Vivía en el aire... Había orgullo y pudor en mí. Yo era una reina delicada.

A veces me sentaba en la hamaca, me balanceaba con el libro abierto en el regazo, sin tocarlo, en purísimo éxtasis. No era ya una niña con un libro: era una mujer con su amante. 
 
 
 
 
 
Uno de los cuentos de la serie Tortura y Gloria
 
 

lunes, 9 de diciembre de 2013

NO ES POR BUENA VOLUNTAD



©Sitios en el Corazón/Hélène Bamberger - Deleuze en Saint Leonard de Noblat - 1991
 
 

"Sólo buscamos la verdad cuando estamos determinados a hacerlo en función de una situación concreta, cuando sufrimos una especie de violencia que nos empuja a esta búsqueda.

¿Quién busca la verdad? El celoso bajo la presión de las mentiras del amado.

Siempre se produce la violencia de un signo que nos obliga a buscar, que nos arrebata la paz.

La verdad no se encuentra por afinidad, ni buena voluntad, sino que se manifiesta por signos involuntarios."
 
 
 
 
Gilles Deleuze   Proust y Los Signos
 

 

domingo, 8 de diciembre de 2013

SOLO Y SENCILLO

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   ©Nicholas Redfunkovich - Krishnamurti - digital
              
 
"Recorred cualquiera de las calles principales y veréis tiendas y más tiendas que venden la misma cosa aunque de diferentes formas y colores; innumerables revistas y miles de libros. Nuestro deseo es que se nos distraiga, se nos divierta, se nos libre de nosotros mismos, dado que íntimamente somos tan pobres, desdichados, vacíos, y que siempre, por una causa u otra, nos agobia alguna pena"  
 
                 
"Solamente el individuo que no se encuentra atrapado en la sociedad puede influir en ella de manera fundamental."
 
 
"No te pierdas ni te confundas en las organizaciones, permanece solo y sencillo."