sábado, 9 de febrero de 2013

SERGIOSOFÍAS - UNO

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  ©Lourdes Pérez - Sergio Canadé con su nieta Sofía de dos meses - enero 2013
 
 
La Huella del Ángel
 
La importancia del ambiente fué subrayada dentro de lo que se entiende como psicoanálisis por Melanie Klein y su teoría de las relaciones objetales, luego más desarrollada por Donald Winnicott. Anteriormente no se había tratado de teorizar al respecto. (aunque se lo tuviese en cuenta)
Por ejemplo, un niño está en su cuna y no hay nadie en la habitación. El niño rompe a llorar y es común que se diga que el niño llora porque está solo. Melanie Klein decía que el niño llora no porque esté solo, sino porque está mal acompañado.

Mal acompañado? Por quién?. Por sus fantasías. Si siente alguna molestia corporal, construye una fantasía de que alguien está produciéndosela, esto es la "mala compañía", desde su manera de fantasear y de acuerdo al momento evolutivo en que se encuentra, ésto sería así. Porque si se trata de una molestia corporal el la va a ubicar no en su cuerpo, sino en el ambiente. Puesto que el ambiente se diferencia antes que el cuerpo: "alguien me hace daño".
La aparición de la madre real o de algún adulto significativo lo tranquiliza ya que lo rescata de las "malas compañías", siempre y cuando el adulto no se "contagie" y él también sienta que está en "malas compañías", en este caso hay un bebé que llora, y un adulto que lo siente como alguien que le molesta. En este caso no puede (ni sabe) tranquilizar al bebé ya que su propia ansiedad está rechazando al bebé. Ya hay dos mal acompañados: el bebé y el adulto.

Recordando lo de "envoltura", lo primero es atender al llanto o lo que es lo mismo prestarle atención para envolverlo, si se sabe prestarle atención el llanto no nos producirá molestia y ese llanto que vamos recibiendo le es devuelto al niño en forma de ternura, de amor, es prestar atención sin ansiedad y sin concentración ( la atención no es curiosidad) y sin darnos cuenta estamos creando un angelito.
Los angelitos son todos los distintos momentos de amor que tiene el bebé en su memoria afectiva, momentos reales y tangibles, productos de una relación real, verdadera, vivida con un adulto, son todos esos momentos de bienestar, de estar bien acompañado. Momentos a los cuales puede recurrir, y si se encuentra solo, pueden acudir en su ayuda todos sus angelitos para hacerle buena compañía.

Los angelitos surgen del encuentro entre la angustia del bebé y la tranquilidad afectuosa del adulto, tranquilidad transmitida por la atención. Los angelitos aparecen cuando la angustia ha sido atendida con toda la persona, no es una cuestión visual, no se trata de mirar, de oír. Se trata de percibir , ver, oir, desde la totalidad, desde todas partes, desde la piel, desde el corazón. Ponerle un cuerpo conciente a la fantasía. Los angelitos son las huellas de los buenos momentos.
 
¡Que sueñes con los angelitos!
 
Sergio Canadé


 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por todos los angelitos que le dan sus abuelos a Sofía!

Sergio Canadé dijo...

La niña los merece. Un abrazo.